martes, 7 de julio de 2015

Capítulo 16 "Pelea" (Parte 2)

Capitulo 16 “Pelea” (parte 2)

Me levanto y veo a Queen de pie, junto a José.
-No te acerques a mi novio, rubia asquerosa- me grita.
-¿Por qué tendría que hacerte caso?- Le digo en tono burlón, y a continuación me echa una mortífera mirada.
Vuelvo a acercarme al lugar en el que José sigue pegando a Andrés, pero Queen se pone en medio. La aparto de golpe y continúo mi camino hacia Andrés, cuando alguien me agarra del pelo y tira hacia atrás. Me giro de golpe, sin lograr que me suelten el pelo. Queen. Es ella la que ha agarrado mi melena rubia. Le agarro la muñeca con la intención de que me suelte, y cuando por fin lo consigo la empujo de nuevo. Corro hacia Andrés antes de que Queen vuelva a atacarme y vuelvo a intentar apartar a José, pero no puedo moverlo.  La cara de Andrés está más roja que nunca, y ya le sangra la nariz, puede que esté rota.
-¡José!- empiezo a gritar-¡Para ya!
José ignora mi existencia, y sigue pegándole a Andrés, a estas alturas temo que lo mate. Quizás esté siendo una exagerada, pero estoy  muy nerviosa.  Le empiezo a dar puñetazos en la espalda, lo que hace que afloje el ritmo. Sé que lo estoy desquiciando, pero quizás así pare.
Miro hacia la gente, y veo a Napoleón y Jaime haciéndose paso entre la gente, y entonces se me ocurre un plan para lograr sacar a Andrés de aquí. Estoy a punto de empezar a llevarlo a cabo cuando, (la que supongo que es Queen) vuelve a estirarme del pelo. No me equivocaba. Cuando logro que suelte mi melena, una oleada de odio y frustración me recorre. En ese momento recuerdo todo lo malo que ha pasado estos últimos días, como José la ha preferido a ella antes que a mí, pero dentro de lo que cabe eso no es culpa suya, pero si el intervenir de ese modo, y también es responsable de su comportamiento ¡Ella ha dado el primer golpe! Pienso en todo lo que ha hecho Andrés por mí, y me siento impotente al verme incapaz de protegerle, así que le doy una bofetada a Queen en la mejilla derecha. Ella grita y se lanza hacia mí, me tira al suelo, e intenta (sin éxito alguno) inmovilizarme como José le ha hecho a Andrés, pero enseguida la empujo hacia el lado, y yo sí que logro inmovilizarla, aunque dudo que dure mucho.
-Déjame en paz.
Queen consigue dar la vuelta, y de nuevo ella es la que está arriba, me mira con una sonrisa malévola, a la cual respondo con una mirada mezclada de odio y asco. Ella se ríe.
-Tu amigo ya era feo de por sí, pero mi novio, lo va a dejar peor- dice poniendo énfasis en la palabra “novio”.
-Bueno, nunca será más feo que tú- le digo con una gran sonrisa, no quiero que se me quebré la voz, pues no quiero parecer desesperada, pero es que solo pienso en Andrés, y en que tengo que ayudarle.
-Tienen razón en que las rubias sois tontas- entonces se oye un grito de dolor procedente de Andrés.- Mira, tú amiguito no es nada comparado con José, igual que tú no eres nada comparada conmigo.- En ese momento le escupo en la cara, y ella se aparta gritando, la empujo, para asegurarme de que tendré más tiempo  para ayudar a Andrés y corro hacia él.
Vuelvo a intentar desquiciar a José, le pego en la espalda, e incluso en la cabeza, al final solo se me ocurre una cosa para que se aparte; le doy una patada en la barriga, lo que hace que se estremezca y se aparta de inmediato de Andrés. Entonces llamo a Napoleón y a Jaime que se llevan de inmediato a Andrés a rastras, y yo me quedo ahí, en medio de una Queen que se está volviendo loca por culpa de mi escupitajo, un José retorciéndose de dolor por culpa de mi patada en el estómago y un Andrés que estará inconsciente y que ha recibido una paliza por intentar ayudarme. Me siento un monstruo, todos están así por mi culpa. ¿Qué he hecho? ¿Cómo hemos llegado hasta este punto? Si hace un rato yo pensaba que se quedaría en simples insultos.
Sigo ahí, parada, intentando averiguar que hacer, que decir. Una pequeña parte de la gente que forma el círculo que hay a mí alrededor, se dispersa, pero la gran mayoría, se queda ahí, esperando que la pelea continúe. Solo están ahí por una razón; ver una gran pelea, en la que puede que se derrame sangre. Suena demasiado violento, pero muchos de ellos siempre están en este parque para eso. Esto es tan repugnante, yo soy tan repugnante… ¿soy un monstruo? Puede…
Queen se levanta, y temo que se lance contra mí, porque no quiero volver a pelearme, ya me siento un monstruo, no quiero sentirme aún peor. Mi temor avanza a cada paso que da, pero va directa hacia José, pasa por mi lado, pero ni me mira, supongo que tampoco lo merezco. Y ahí estoy, parada como un poste, pareciendo tonta, sin saber qué hacer.
Mientras miro a todas partes, esperando que pase algo, que alguien me dé una pista sobre qué hacer, o que me abucheen aunque sea, pero nada…  Veo a Ana hacerme señales para que vaya con ella. Ahí está mi señal. Me dirijo a ella, un tanto abrumada, y la mayoría del círculo se deshace. Sigo a Ana a través del parque hasta llegar a la otra punta de este, donde Jaime y Napoleón han tumbado a Andrés en un banco. Corro hacia el banco y me arrodillo muy cerca de él.
-Andrés- susurro, él abre ligeramente el ojo que no tiene demasiado morado e hinchado y me dedica una triste sonrisa.- Eh, Solete, llorar te pone fea.- No puedo evitar soltar una risita nerviosa mezclada con un pequeño llanto.
-¿Te has visto últimamente?- Él me dedica una última sonrisa antes de desmayarse.
Napoleón y Jaime me ayudan a llevarlo a mi casa, ya que en la suya están su madre y su hermano pequeño, y que lo vean llegar arrastrado por sus amigos, no creo que sea lo correcto para un niño de tres años. Mientras tanto, en la mía, por la hora que es estarán mi madre y quizá mi hermano.
Mando a mis amigos a la parte de atrás de mi casa, porque no quiero darle explicaciones a mi madre, y yo me voy por la de delante para que mi madre no se fije en la parte de atrás, para que puedan subir a mi habitación. Si tengo suerte mi hermano no estará, y si lo está, no les pedirá explicaciones, cosa poco probable en mi hermano.
Saludo a mi madre, y la entretengo hasta que han subido las escaleras. Subo a mi habitación corriendo. En el pasillo veo a mi hermano, el cual está ayudando a llevar a Andrés a mi habitación, ya que no se puede decir que ninguno de mis amigos (sobre todo Jaime) son ninguna maravilla musculosa.
Entre los tres meten a Andrés en mi habitación y lo tumban en mi cama.
-¿Qué está pasando?- Pregunta mi hermano incrédulo, aunque muy serio.
No tengo tiempo de responder a su pregunta, no ahora, en estos momentos solo pienso en Andrés y en lo magulladlo que está. No puedo evitar soltar alguna que otra silenciosa lágrima. ¡Para! Debo centrarme en Andrés. Mando a mi hermano a por el botiquín sin darle más explicaciones. Está molesto, quiere que le dé más explicaciones, y no le culpo, se las merece, pero en estos momentos, contentar a mi hermano es lo que menos me preocupa. Mi hermano vuelve con el botiquín, y yo me centro en Andrés. Oigo a Ana, Jaime, Napoleón y a mi hermano parlotear sobre cosas a las que no les presto atención. En toda mi habitación el único que existe para mí, es Andrés, el cual sigue sumido en un tranquilo sueño. Le curo con cuidado las heridas, y pongo hielo sobre los moratones. Todo con tremendo cuidado, no quiero hacerle más daño. Ya no le sale sangre de la nariz, pero debería ir al médico.
Dejo que descanse, y en ese momento empiezo dar explicaciones a mi frenético hermano, que está a punto de un ataque de nervios. Le explico todo, el porqué de la pelea y lo que pasó durante esta. Se lo explico con pelos y señales. Al final, mi hermano se queda boquiabierto, sin saber que decir. Al final lo consigue:

-Yo sí que voy a matar a José.