Capitulo 2 "Mensajes"
He llegado a mi casa y después de comer me he metido en mi habitación, he subido la persiana y me he puesto a hacer los deberes. Empiezo por matemáticas porque es lo que menos me cuesta, pero aún así no paro de distraerme, cada poco paro para mirar por la ventana las palmeras que tenemos en el jardín, no son mis árboles favoritos pero bueno, me tranquiliza ver la lluvia caer.
Estoy haciendo apuntes de sociales cuando cae un rayo que acapara mi atención y me quedo mirando el cielo. Los truenos siguen, a mucha gente le parecen un sonido desagradable pero a mí me gusta. Me doy cuenta de que no voy a poder hacer los deberes si cada cinco minutos me distraigo, así que decido bajar la persiana.
Cuando acabo corro al salón y me decepciona ver que ya no lleve, me lo imaginaba pero esperaba equivocarme. Me dirijo a la cocina y preparo un té verde con galletas de jengibre y me voy de nuevo al salón.
Me tumbo en el sofá y cojo el móvil, reviso los mensajes, tengo algunos de grupos y uno de mi madre.
«Hola, ¿has hecho los deberes? Llegaremos un poco más tarde, sobre las 21:30.»
«Hola, he hecho los deberes, tranquila. » Le contesto. Sigo revisándolos y me sorprende encontrar uno de José.
«¿Podemos hablar de lo de hoy?» No sé qué contestarle ya que quiero, pero a la vez no, así que dejo el móvil encima de la mesa, y me pongo a ver la televisión.
Son las 18:30 y un nuevo mensaje llega, espero que no sea de él, pero como siempre el mundo no está por la favor de ayudar.
«Por favor contestame» me suplica, pero decido ignorarle y me olvido del segundo mensaje y le envió uno a Ana.
«No quiero ir al instituto mañana» estoy a punto de dejar el móvil cuando dos mensajes llegan un mensaje es de mi mejor amigo Andrés.
«Hola»
«Hola» le contesto.
«¿Qué tal?»
«Mal, ¿y tú?» le contesto, porque es la verdad.
«Jodido»
«¿Y eso?»
«¿Has visto que hoy no he ido a clase, y ayer tampoco?»
«Si, pero pensaba que tenías gripe o algo, estamos en época»
«Ya, pues ojalá, estoy en el hospital»
«¿Por?» Estoy nerviosa, entre que mi instinto maternal es muy alto y el es mi mejor amigo...
«Un "chungo"»
«¿Un qué?» Un ataque epiléptico, que bueno, tengo el sentido de la puntería, la he fastidiado.
«Un ataque» me explica.
«Ya»
«Mi madre me está diciendo que descanse un rato, luego te hablo, «¿vale?»
«Vale, pórtate bien» Dios mío, ¿otro? Le dio uno hace poco, estoy muy preocupada.
Son las 19:15 y Ana me contesta:
«¿Qué pasa?» Se lo explico todo y ella se asombra, quedamos en que mañana hablamos.
Cae un rayo, cosa que me asusta y acto seguido la lluvia comienza a caer de nuevo.
«Por lo que más quieras constéstame, o voy a tu casa» me escribe José.
¿A mi casa? ¿Cómo sabe donde vivo? Salgo al porche y me siento a tomarme el té verde y las galletas. Me siento en el sofá de mimbre y me cruzo la chaqueta a causa del frío, dejo el móvil en la mesa (también de mimbre) y me pongo a leer. Son las 19:30 cuando llega un mensaje suyo.
Estoy haciendo apuntes de sociales cuando cae un rayo que acapara mi atención y me quedo mirando el cielo. Los truenos siguen, a mucha gente le parecen un sonido desagradable pero a mí me gusta. Me doy cuenta de que no voy a poder hacer los deberes si cada cinco minutos me distraigo, así que decido bajar la persiana.
Cuando acabo corro al salón y me decepciona ver que ya no lleve, me lo imaginaba pero esperaba equivocarme. Me dirijo a la cocina y preparo un té verde con galletas de jengibre y me voy de nuevo al salón.
Me tumbo en el sofá y cojo el móvil, reviso los mensajes, tengo algunos de grupos y uno de mi madre.
«Hola, ¿has hecho los deberes? Llegaremos un poco más tarde, sobre las 21:30.»
«Hola, he hecho los deberes, tranquila. » Le contesto. Sigo revisándolos y me sorprende encontrar uno de José.
«¿Podemos hablar de lo de hoy?» No sé qué contestarle ya que quiero, pero a la vez no, así que dejo el móvil encima de la mesa, y me pongo a ver la televisión.
Son las 18:30 y un nuevo mensaje llega, espero que no sea de él, pero como siempre el mundo no está por la favor de ayudar.
«Por favor contestame» me suplica, pero decido ignorarle y me olvido del segundo mensaje y le envió uno a Ana.
«No quiero ir al instituto mañana» estoy a punto de dejar el móvil cuando dos mensajes llegan un mensaje es de mi mejor amigo Andrés.
«Hola»
«Hola» le contesto.
«¿Qué tal?»
«Mal, ¿y tú?» le contesto, porque es la verdad.
«Jodido»
«¿Y eso?»
«¿Has visto que hoy no he ido a clase, y ayer tampoco?»
«Si, pero pensaba que tenías gripe o algo, estamos en época»
«Ya, pues ojalá, estoy en el hospital»
«¿Por?» Estoy nerviosa, entre que mi instinto maternal es muy alto y el es mi mejor amigo...
«Un "chungo"»
«¿Un qué?» Un ataque epiléptico, que bueno, tengo el sentido de la puntería, la he fastidiado.
«Un ataque» me explica.
«Ya»
«Mi madre me está diciendo que descanse un rato, luego te hablo, «¿vale?»
«Vale, pórtate bien» Dios mío, ¿otro? Le dio uno hace poco, estoy muy preocupada.
Son las 19:15 y Ana me contesta:
«¿Qué pasa?» Se lo explico todo y ella se asombra, quedamos en que mañana hablamos.
Cae un rayo, cosa que me asusta y acto seguido la lluvia comienza a caer de nuevo.
«Por lo que más quieras constéstame, o voy a tu casa» me escribe José.
¿A mi casa? ¿Cómo sabe donde vivo? Salgo al porche y me siento a tomarme el té verde y las galletas. Me siento en el sofá de mimbre y me cruzo la chaqueta a causa del frío, dejo el móvil en la mesa (también de mimbre) y me pongo a leer. Son las 19:30 cuando llega un mensaje suyo.