miércoles, 7 de enero de 2015

Capítulo 5;Confesiones

Capítulo 5 “Confesiones”
Su madre le da un beso en la frente y después de anunciar que van a la cafetería, sale junto a su marido, Mario y el hermano mayor de Andrés.
Nos hemos quedado solos y Andrés no deja de mirarme, creo que nota mi preocupación.
-¿Qué pasa?- Pregunta molesto. Vale, efectivamente si no deja de mirarme es porque le saca de quicio que me preocupe, a lo mejor incluso le molesta mi presencia.
-Nada- digo intentando disimular mi excesiva preocupación.
-Genial- dice con sarcasmo- te estás preocupando, enseguida me empezaras a tratar diferente- continua enfadado. ¿Es que no se da cuenta que desde que me entere hago todo lo posible por no preocuparme excesivamente? y además la única molesta debería ser yo. No me lo contó, llegamos al instituto y me enteré gracias a Inés.
-No, y es normal que me preocupe por ti ¿no crees?- Hay un breve silencio. Es pero que me responda pero como no lo hace continuo. –No te voy a tratar diferente, nunca lo he hecho y no voy a empezar a ahora.- Dicho esto acerco la silla a su cama y le dedico una de mis mejores sonrisas.
El me mira y yo le sostengo la mirada. Hay silencio y estoy un poco incomoda. Esto me hace recordar los largos silencios con Jose, con el no había silencios incómodos, sino que eran silencios reconfortantes en los que hablaban con la mirada. Con Andrés nunca había pasado eso y nunca pasaría.
-Bueno ponme al día con tu perfectísima vida, y cosas del instituto que no estoy  al corriente de nada.
- Pues hicimos un simulacro de incendios- digo apartándole un mechón de pelo de la cara- Ana Ayala y Alvaro Torregrosa quedaron el otro día.- Seguí contándole todo lo que había pasado está semana y termino contándole lo de Jose.
-A, vale- dice con un tono molesto.
-¿Qué pasa?
-Nada- pero su tono sigue teniendo cierto grado de molestia así que insisto, pero como no me hace caso cambio el tono a uno con molestia como él.
-Andrés…- El nota mi molestia.
-Pues, es que, no te imaginaba con él.
-Ya, ni yo, pero creo que es un juego, que él se aburre y le apetece jugar, y así me lo voy a tomar como un juego.- Digo ocultando mi entusiasmo.
-Por un juego nadie corre bajo la lluvia para encontrarse con la chica o el chico que le gusta o según tu con el que se divierte.- Lo que más me molesta es que tiene razón, pero como siempre me niego a dársela así que cambio de tema.
-¿Cuándo te dan el alta?
-Mañana por la mañana si todo va bien, pero volviendo al tema que tan ágilmente has evitado, ¿qué piensas que siente?- Me ha pillado, no me lo esperaba. ¿Qué pienso que siente? Puf, pues no estoy segura, quizá la quiere de verdad.
No lo había pensado la verdad. Hasta ahora pensaba que a los dos días se cansaría y se iría, técnicamente no están saliendo así que podía hacer lo que quisiera. De hecho quizás ahora mismo se estaba liando con otra chica más guapa y que estaba mejor de cuerpo que yo, y no puedo hacer nada, más que esperar a ver que pasa.
-No lo sé, quizás me ame quizás no, a lo mejor solo ha sido un lio de un día- digo de todo corazón, porque en cierto modo es lo que pienso, a pesar de que espero equivocarme.
-Ya, pero creo que no deberías salir con él- dice Andrés muy serio. Eso me molesta, es decir, sé que él nunca se figaría en mí, pero si lo hiciera.
- ¿Por qué no debería salir con él?
-Pues porque va de flor en flor y te acabaría haciendo daño.- La respuesta de Andrés me decepciona.- Además creo quieres.-Puede ser pero ¿y qué más da que le quiera? ¿Tiene algún inconveniente?- Pero duda que él te quiera, creo que solo quiere un lio. Pero quizás me equivoque y te quiera, pero te querrá como al resto; dos días.
-Entonces, lo que quieres decir es que no soy suficientemente buena para él ¿no?- Estoy muy enfadada y no entiendo nada ¿a qué viene esto? ¿Qué le pasa a Andrés?
-No he dicho eso.
-Sí, acabas de decirlo, y si no lo has insinuado, de todas maneras, ya comprendo lo que piensas de mí.
-Imposible. No tienes ni idea. Crees que lo sabes todo, pero esto te supera. No te imaginas lo equivocada que estás.- ¿De verdad me ve así? Me duele que piense que soy una sabelotodo insoportable.
 -¿no? Porque me parece que piensas que soy una sabelotodo insoportable y no me ves apta para nadie, creo que me ves como la última persona a la que nadie se enamoraría.
-Ves, no tienes ni idea.- Hay un breve silencio. Es más incomodo que los anteriores. No soporto la idea de que me vea así.- Sol, yo… yo te quiero.