Capitulo 16 “Pelea” (parte 2)
Me levanto y veo a Queen de pie, junto a
José.
-No te acerques a mi novio, rubia asquerosa-
me grita.
-¿Por qué tendría que hacerte caso?- Le
digo en tono burlón, y a continuación me echa una mortífera mirada.
Vuelvo a acercarme al lugar en el que José
sigue pegando a Andrés, pero Queen se pone en medio. La aparto de golpe y continúo
mi camino hacia Andrés, cuando alguien me agarra del pelo y tira hacia atrás.
Me giro de golpe, sin lograr que me suelten el pelo. Queen. Es ella la que ha
agarrado mi melena rubia. Le agarro la muñeca con la intención de que me
suelte, y cuando por fin lo consigo la empujo de nuevo. Corro hacia Andrés
antes de que Queen vuelva a atacarme y vuelvo a intentar apartar a José, pero
no puedo moverlo. La cara de Andrés está
más roja que nunca, y ya le sangra la nariz, puede que esté rota.
-¡José!- empiezo a gritar-¡Para ya!
José ignora mi existencia, y sigue
pegándole a Andrés, a estas alturas temo que lo mate. Quizás esté siendo una
exagerada, pero estoy muy nerviosa. Le empiezo a dar puñetazos en la espalda, lo
que hace que afloje el ritmo. Sé que lo estoy desquiciando, pero quizás así
pare.
Miro hacia la gente, y veo a Napoleón y
Jaime haciéndose paso entre la gente, y entonces se me ocurre un plan para
lograr sacar a Andrés de aquí. Estoy a punto de empezar a llevarlo a cabo
cuando, (la que supongo que es Queen) vuelve a estirarme del pelo. No me
equivocaba. Cuando logro que suelte mi melena, una oleada de odio y frustración
me recorre. En ese momento recuerdo todo lo malo que ha pasado estos últimos
días, como José la ha preferido a ella antes que a mí, pero dentro de lo que
cabe eso no es culpa suya, pero si el intervenir de ese modo, y también es
responsable de su comportamiento ¡Ella ha dado el primer golpe! Pienso en todo
lo que ha hecho Andrés por mí, y me siento impotente al verme incapaz de
protegerle, así que le doy una bofetada a Queen en la mejilla derecha. Ella
grita y se lanza hacia mí, me tira al suelo, e intenta (sin éxito alguno) inmovilizarme
como José le ha hecho a Andrés, pero enseguida la empujo hacia el lado, y yo sí
que logro inmovilizarla, aunque dudo que dure mucho.
-Déjame en paz.
Queen consigue dar la vuelta, y de nuevo
ella es la que está arriba, me mira con una sonrisa malévola, a la cual
respondo con una mirada mezclada de odio y asco. Ella se ríe.
-Tu amigo ya era feo de por sí, pero mi
novio, lo va a dejar peor- dice poniendo énfasis en la palabra “novio”.
-Bueno, nunca será más feo que tú- le digo
con una gran sonrisa, no quiero que se me quebré la voz, pues no quiero parecer
desesperada, pero es que solo pienso en Andrés, y en que tengo que ayudarle.
-Tienen razón en que las rubias sois
tontas- entonces se oye un grito de dolor procedente de Andrés.- Mira, tú
amiguito no es nada comparado con José, igual que tú no eres nada comparada
conmigo.- En ese momento le escupo en la cara, y ella se aparta gritando, la
empujo, para asegurarme de que tendré más tiempo para ayudar a Andrés y corro hacia él.
Vuelvo a intentar desquiciar a José, le
pego en la espalda, e incluso en la cabeza, al final solo se me ocurre una cosa
para que se aparte; le doy una patada en la barriga, lo que hace que se
estremezca y se aparta de inmediato de Andrés. Entonces llamo a Napoleón y a
Jaime que se llevan de inmediato a Andrés a rastras, y yo me quedo ahí, en
medio de una Queen que se está volviendo loca por culpa de mi escupitajo, un
José retorciéndose de dolor por culpa de mi patada en el estómago y un Andrés
que estará inconsciente y que ha recibido una paliza por intentar ayudarme. Me
siento un monstruo, todos están así por mi culpa. ¿Qué he hecho? ¿Cómo hemos
llegado hasta este punto? Si hace un rato yo pensaba que se quedaría en simples
insultos.
Sigo ahí, parada, intentando averiguar que
hacer, que decir. Una pequeña parte de la gente que forma el círculo que hay a mí
alrededor, se dispersa, pero la gran mayoría, se queda ahí, esperando que la
pelea continúe. Solo están ahí por una razón; ver una gran pelea, en la que
puede que se derrame sangre. Suena demasiado violento, pero muchos de ellos
siempre están en este parque para eso. Esto es tan repugnante, yo soy tan
repugnante… ¿soy un monstruo? Puede…
Queen se levanta, y temo que se lance
contra mí, porque no quiero volver a pelearme, ya me siento un monstruo, no
quiero sentirme aún peor. Mi temor avanza a cada paso que da, pero va directa
hacia José, pasa por mi lado, pero ni me mira, supongo que tampoco lo merezco.
Y ahí estoy, parada como un poste, pareciendo tonta, sin saber qué hacer.
Mientras miro a todas partes, esperando que
pase algo, que alguien me dé una pista sobre qué hacer, o que me abucheen
aunque sea, pero nada… Veo a Ana hacerme
señales para que vaya con ella. Ahí está mi señal. Me dirijo a ella, un tanto
abrumada, y la mayoría del círculo se deshace. Sigo a Ana a través del parque
hasta llegar a la otra punta de este, donde Jaime y Napoleón han tumbado a
Andrés en un banco. Corro hacia el banco y me arrodillo muy cerca de él.
-Andrés- susurro, él abre ligeramente el
ojo que no tiene demasiado morado e hinchado y me dedica una triste sonrisa.- Eh,
Solete, llorar te pone fea.- No puedo evitar soltar una risita nerviosa
mezclada con un pequeño llanto.
-¿Te has visto últimamente?- Él me dedica
una última sonrisa antes de desmayarse.
Napoleón y Jaime me ayudan a llevarlo a mi
casa, ya que en la suya están su madre y su hermano pequeño, y que lo vean
llegar arrastrado por sus amigos, no creo que sea lo correcto para un niño de
tres años. Mientras tanto, en la mía, por la hora que es estarán mi madre y
quizá mi hermano.
Mando a mis amigos a la parte de atrás de
mi casa, porque no quiero darle explicaciones a mi madre, y yo me voy por la de
delante para que mi madre no se fije en la parte de atrás, para que puedan
subir a mi habitación. Si tengo suerte mi hermano no estará, y si lo está, no
les pedirá explicaciones, cosa poco probable en mi hermano.
Saludo a mi madre, y la entretengo hasta
que han subido las escaleras. Subo a mi habitación corriendo. En el pasillo veo
a mi hermano, el cual está ayudando a llevar a Andrés a mi habitación, ya que
no se puede decir que ninguno de mis amigos (sobre todo Jaime) son ninguna
maravilla musculosa.
Entre los tres meten a Andrés en mi
habitación y lo tumban en mi cama.
-¿Qué está pasando?- Pregunta mi hermano
incrédulo, aunque muy serio.
No tengo tiempo de responder a su pregunta,
no ahora, en estos momentos solo pienso en Andrés y en lo magulladlo que está.
No puedo evitar soltar alguna que otra silenciosa lágrima. ¡Para! Debo
centrarme en Andrés. Mando a mi hermano a por el botiquín sin darle más
explicaciones. Está molesto, quiere que le dé más explicaciones, y no le culpo,
se las merece, pero en estos momentos, contentar a mi hermano es lo que menos
me preocupa. Mi hermano vuelve con el botiquín, y yo me centro en Andrés. Oigo
a Ana, Jaime, Napoleón y a mi hermano parlotear sobre cosas a las que no les
presto atención. En toda mi habitación el único que existe para mí, es Andrés,
el cual sigue sumido en un tranquilo sueño. Le curo con cuidado las heridas, y pongo
hielo sobre los moratones. Todo con tremendo cuidado, no quiero hacerle más
daño. Ya no le sale sangre de la nariz, pero debería ir al médico.
Dejo que descanse, y en ese momento empiezo
dar explicaciones a mi frenético hermano, que está a punto de un ataque de
nervios. Le explico todo, el porqué de la pelea y lo que pasó durante esta. Se
lo explico con pelos y señales. Al final, mi hermano se queda boquiabierto, sin
saber que decir. Al final lo consigue:
-Yo sí que voy a matar a José.
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